Samuel Martínez
En cada comunidad hay guardianes silenciosos del conocimiento ancestral. Uno de ellos es don Samuel Martínez, un hombre sabio, sencillo y apasionado por su arte: la elaboración de tamboras tradicionales como la alegre, la llamadora, entre otras que hacen parte esencial del folclor caribeño.
Desde muy joven, Samuel aprendió a reconocer los sonidos del monte, a escoger la madera correcta, a curtir el cuero y a afinar el tambor con la paciencia que solo los viejos saben tener. Cada instrumento que sale de sus manos no es solo un objeto: es una historia viva, una pieza única cargada de identidad, memoria y resistencia cultural.
Don Samuel no guarda su saber para él. Con generosidad y humildad, abre su taller y su corazón para enseñar a otros, especialmente a los jóvenes, el valor de mantener viva esta tradición. En cada clase, no solo se aprende a fabricar un tambor, sino a respetar la cultura, honrar a los ancestros y fortalecer los lazos comunitarios.
Su oficio es una manifestación de amor por la tierra, por la música y por la gente. Gracias a su labor, los ritmos que nacen en las manos de los tamboreros siguen latiendo con fuerza en fiestas, cumbiambas, procesiones y encuentros que nos conectan con nuestras raíces más profundas.
Don Samuel Martínez no solo hace tambores, hace historia. Y al compartir su saber, siembra futuro.